Consejos para hacer unas patatas bravas perfectas

Las patatas bravas perfectas no son algo fácil. Pocos son los locales donde realmente puedes degustar unas buenas bravas. La mayoría de ellos se limitan a añadirle una salsa de bote a unas patatas fritas y, eso, no son unas buenas patatas bravas.

Las bravas. Un plato controvertido

Trucos para hacer bravas

Dicen que las bravas son un plato típicamente madrileño que comenzó a servirse en los bares allá por los años 60. Actualmente lo sirven por toda la geografía española, y se ha vuelto tan popular que no hay turista que nos las pida en algún momento.

El caso es que, hace unos años, un periodista británico decidió poner en su cuenta de Twitter un comentario en el que las calificaba como patatas fritas con kétchup. La avalancha de quejas y comentarios fue tal, que todavía se recuerda en las redes sociales.

No sabemos qué tipo de bravas le pusieron al periodista extranjero, pero, muy al contrario de su pensamiento, nosotros creemos que unas buenas bravas pueden transportarte hasta el cielo.

Trucos para hacer unas buenas patatas bravas

receta de las patatas bravas

1.- El secreto está en la salsa

Una salsa brava para el recuerdo requiere su tiempo. Nada de salsa de bote, ni prisas. La salsa debe hacerse lentamente y sin tomate, solamente debe llevar cebolla, ajo y pimentón picante.

Para poder espesarla le añadiremos harina y, para dejarla más líquida, un poco de caldo de pollo.

Cierto es que “cada maestrillo tiene su librillo”, así que, siempre le puedes echar imaginación y añadirle un poco de tomate, algunas especias de tu gusto, y tendrás una salsa brava de cosecha propia. Eso sí, cuece, con amor y mucho tiempo, tu salsa en una cazuela para que concentre todo su sabor, y regula el nivel de picante si no quieres beberte todas las cervezas de tu nevera en 10 minutos.

2.- Las patatas deben ser viejas

patatas viejas para freir

Algo crucial para que toda receta sea sublime, es que sus ingredientes sean de buena calidad. Las patatas también tienen su misterio. No deben ser jóvenes, ya que tienen demasiada agua. Mejor usa patatas viejas para que queden más crujientes.

Deben quedar tiernas por dentro y crujientes por fuera. Para que esto suceda, olvida eso de que hay que cocerlas primero y freírlas después, sino que, hay que freírlas a dos temperaturas.

Primero corta las patatas en gajos anchos, luego calienta el aceite, pero sin que llegue a echar humo. Cuando eches la patata debe salir burbujitas alrededor. Fríelas unos 10 minutos y las sacas con una espumadera.

A continuación, sube la temperatura del aceite (nunca debe humear). Cuando llegue la temperatura a unos 180 grados, añade de nuevo las patatas durante 2 minutos, para que se doren por fuera, y retíralas rápidamente para que no se te pasen.

Por último, sácalas y añade la sal ahora. Siempre al final.

En Astral Café hemos querido compartir parte de nuestro secreto para hacer unas buenas patatas bravas. Eso sí, nuestro cocinero se reserva un as en la manga, porque ya se sabe que, las recetas de cocina son como los trucos de un mago: nunca se desvelan del todo.

Si quieres venir a probar nuestras patatas bravas reserva mesa en nuestro restaurante, llevártelas a casa o recibir tu pedido a domicilio dónde nos indiques.

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